A grandes rasgos, podemos definir un estudio de viabilidad como una herramienta de ayuda a la toma de decisiones, a partir de una serie de datos base de naturaleza empírica, cuando queremos poner en marcha un nuevo proyecto o inversión. Los estudios de viabilidad pueden realizarse con recursos internos o apoyarse en una entidad especializada, pero en ambos casos, es crucial la implicación de las distintas áreas de la empresa.
Las razones que nos llevan a realizar un estudio o análisis de viabilidad son de distinta naturaleza, que pueden ir desde un análisis de soluciones tecnológicas hasta el lanzamiento de un nuevo producto. Independientemente de su origen, un estudio de viabilidad es un ejercicio de aprendizaje para la empresa.
En todo estudio de viabilidad es necesario establecer un buen punto de partida donde se defina claramente el objetivo y el marco de aplicación del análisis de viabilidad del proyecto, identificando las limitaciones, restricciones e hipótesis a considerar dentro del mismo. Además, es conveniente tener en cuenta algunos factores, tales como:
Implementar una buena metodología de trabajo es un aspecto clave de un estudio de viabilidad. Aunque no existe una metodología normalizada como tal, en general, siempre hay que tener en mente las siguientes fases:
La recogida de información juega un papel fundamental dentro de un estudio de viabilidad. Si lo entendemos como una herramienta de ayuda a la toma de decisiones, para que un estudio de viabilidad sea fiable, la información que se utilice debe proceder de distintas fuentes (revistas especializadas, bases de datos, foros sectoriales, ferias temáticas, etc.), complementada con información obtenida de proveedores, clientes y contactos profesionales.
Elaborar una buena metodología, a su vez, lleva implícito la definición de indicadores o métricas adecuados que nos ayuden a la toma toda de decisiones de una manera objetiva y que minimizen la incertidume del analisis. Así, estas métricas nos permiten realizar el estudio debe conducirse de manera objetiva para que cumpla su propósito.
Por ejemplo, si estamos haciendo un analisis de viabilidad de un nuevo producto con una gran incertidumbre en la aceptacion por parte del usuario, las metricas en las que hay que incidir son las relacionadas con su viabilidad comercial, poniendo enfasis en la demanda potencial y el coste.
Sin embargo, si estamos estudiando la viabilidad de nuestro proyecto o tecnología frente a otros presentes en el mercado, unos indicadores interesantes pueden ser el gasto de inversión en equipos (conocido por CAPEX o Capital Expenditure) junto con los gastos asociados a su mantenimiento y operación (OPEX o Operational Expenditure).
Estudio de viabilidad SÍ, cuando desde el inicio se ha acotado claramente el objetivo del estudio y lo que se espera obtener de él.
Estudio de viabilidad NO, si en el estudio no están implicados as áreas de la organización relacionadas directamente con el proyecto y no se establece una buena metodología de trabajo.
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